martes, 29 de abril de 2008

El campo de la Geografía Social


En las definiciones que los sociólogos, los etnólogos y los geógrafos proponen del espacio social aparece frecuentemente la idea de niveles de complejidad creciente en las relaciones sociedades-espacios. El campo de la geografía social se puede subdividir en cuatro dominios principales:

- una geografía de los indicadores sociales,

- de las cuestiones sociales,

- de los grupos sociales y

- de las combinaciones socio-espaciales.

Analizaremos sucesivamente cada uno de ellos.


- Una geografía de los indicadores sociales:

Se entiende aquí por indicador tal o cual dato que se relaciona con la realidad social, que es cuantificable y cuya distribución espacial es susceptible de ser cartografiada.

En los países con un arsenal estadístico desarrollado, los indicadores sociales son múltiples, pero de interés desigual para la geografía social. Los datos demográficos, tales como las estructuras por edades y por sexos, la fecundidad, la mortalidad infantil, la movilidad migratoria, etc. proporcionan indicaciones y elementos de explicación acerca de las estructuras sociales y los comportamientos.

Los indicadores tienen un valor revelador de los comportamientos de los grupos sociales y de las actitudes fundamentales en relación a la sociedad o en relación con la vida y la muerte; así las actitudes políticas manifestadas en las democracias liberales por los resultados electorales o la práctica religiosa, el índice de matrimonios, la fecundidad e incluso las estructuras familiares. Las patologías sociales como la delincuencia, el suicidio, la droga o el alcoholismo; el fracaso escolar, el paro forzoso y el subempleo, revelan unos desequilibrios, inadaptaciones, situaciones de marginalidad y de segregación que afectan a uno u otro grupo social.

Se trata, en un primer tiempo, de cartografiar la distribución de estos hechos sociales cuyo soporte es el espacio y de hacer aparecer así unas áreas de homogeneidad, unas fronteras de diferenciación y unas zonas de transición. Este es un trabajo familiar a los geógrafos.


- Una geografía de las cuestiones sociales:

La geografía debe ser de su tiempo y contribuir a la toma de conciencia colectiva de los problemas de la sociedad y a su solución. En la situación presente el paro forzoso debería retener prioritariamente la atención de los investigadores de las ciencias sociales, asociados en una aproximación pluridisciplinaria. En lo que le concierne más específicamente, la geografía estudia la distribución espacial del paro (número y proporción de parados por circunscripción, censo de las empresas paradas parcial o totalmente, importancia del paro femenino, del paro juvenil). Conviene igualmente poner en relación el paro con los niveles de calificación, la movilidad migratoria, las estructuras familiares, etc. En colaboración con los sociólogos y los psicólogos se interesa por cómo es vivido el paro forzoso, y en particular por las modificaciones y perturbaciones de las prácticas del espacio y de las relaciones con los lugares provocadas por el paro.

Otra cuestión social de importancia es la de la escolarización. En un buen número de países subdesarrollados una proporción importante de la población infantil no está escolarizada o lo está bajo unas formas y unas condiciones tales que el único nivel de instrucción es el elemental. En los países desarrollados la escolarización, que cubre, por lo menos, una docena de años de la existencia y contribuye de forma decisiva al establecimiento de las relaciones con los lugares.

Otro problema crucial es el del alojamiento. Es, ante todo, toda la cuestión de la vivienda subintegrada, social, geográfica y culturalmente marginal: chabolas, chozas, barracas, favelas y otros tantos términos que muestran la universalidad y la proliferación en los países subdesarrollados. Es, también, la degradación de los viejos barrios centrales, los ghettos que se forman, los problemas sociales que se plantean, incluyendo los que se relacionan con las operaciones de recuperación por renovación.La vivienda de alto nivel o la residencia secundaria, podrían también suscitar el interés del geógrafo deseoso de captar las relaciones entre grupos sociales, hábitat y producción de la vivienda.

Son igualmente susceptibles de estudios de geografía social las crisis sociales, las huelgas, las manifestaciones, las ocupaciones de fábricas, de haciendas o de barcos, las reformas agrarias, las insurrecciones que oponen a fracciones de una misma población.

Como se ve, existe en este dominio de las cuestiones sociales un camino de investigaciones amplio que los geógrafos no han explorado más que muy parcialmente: la delincuencia, las migraciones consideradas en sus aspectos sociales, los antagonismos religiosos, lingüísticos o étnicos. Es preciso ir mucho más lejos que la simple cartografía de los indicadores sociales que tratan de obtener una localización, o una medida de los problemas sociales; importa unirlos a las estructuras sociales y a los comportamientos de los diferentes grupos sociales (en particular a sus comportamientos espaciales, de hábitat, de trabajo y de intercambios) y a las segregaciones que provocan.


- Una geografía de los grupos sociales

Se entiende por grupo social tanto el parentesco como la etnia o la clase social. Cada grupo social tiene con el espacio un conjunto de relaciones más o menos interdependientes, modeladas por las relaciones de producción y de intercambios, de residencia y de ocio, influenciadas igualmente por el contexto cultural propio de cada grupo social o conjunto de grupos sociales.

Se ha propuesto ya una geografía social de la burguesía de tal país o cual región, de tal o cual campesinado; se encontrarán los elementos de ella, por ejemplo, en los estudios que J. Renard y podría organizarse en torno a los siguientes temas:

- los obreros como trabajadores de las empresas: características demográficas, orígenes sociales y geográficos, calificación y duración del trabajo, rotación del personal, sindicalización, elecciones políticas y conflictos sociales;

- los obreros en el espacio regional: lugares de residencia, lugares de compras, sitios de escolarización de los niños, espacio de las relaciones familiares, de vacaciones;

- los obreros y los lugares: sitios de sociabilidad -la fábrica, el café, la calle, el barrio, el estadio, etc.- y representación de los lugares -espacios-signos, espacios-símbolos, propios de la clase obrera o impuestos por la ideología dominante.

Semejantes investigaciones suponen la utilización simultánea de escalas diferentes: escala de lo local, de la unidad de producción y de los lugares de residencia, disociados o no de la producción; escala regional de los lazos familiares, de las compras; y, eventualmente, escala nacional de la empresa o de la organización sindical.

Se podrían, evidentemente, trazar programas comparables para diversos grupos sociales: geografía social de las clases medias, de las mujeres, de la tercera edad, de los pescadores, de los emigrantes temporales del Levante español, de los gitanos, de la colonia china de tal o cual ciudad del Pacífico, y tantas otras más.


-Una geografía de las combinaciones socio-espaciales, o de los espacios sociales

Las aproximaciones precedentes conducen a una profundización progresiva de las relaciones espacio-sociedades: del espacio-soporte de los hechos sociales al espacio de las prácticas y de las representaciones. Las escalas de análisis deben usarse, según la calidad de la información estadística; a falta de estadísticas o debido a que medirlas a esas escalas no tendría ningún significado, los hechos sociales no pueden ser estudiados a las escalas más elementales, secciones de municipios, manzanas urbanas. Esto debe combinarse, a la vez, con la dimensión espacial del hecho social estudiado, según se relacione con un lugar determinado: la casa, la fábrica, la escuela o con un territorio más o menos vasto, el de las emigraciones estacionarias o del parentesco, por ejemplo. Estas aproximaciones, son de naturaleza analítica y ponen el acento sobre los hechos sociales ya se trate de indicadores, de problemas o de grupos sociales. La ambición de una geografía de las combinaciones socio-espaciales es considerar el espacio social en la diversidad y la interacción de sus componentes, el espacio social como soporte, marco representación y factor de las relaciones sociales. Se limitará, necesariamente a la pequeña región agrícola, al barrio urbano o al gran establecimiento industrial, al territorio de una etnia... adicionando y combinando las diversas aproximaciones de la geografía social.

Los indicadores sociales, tan numerosos y pertinentes como sea posible, permitirán justificar la elección de tal o cual lugar de investigación y situarlo en su entorno regional, e incluso nacional. Una determinada cuestión social podrá aparecer como específica del lugar considerado: las causas, caracteres y efectos del éxodo rural, la marginalidad económica, la superpoblación, los conflictos sociales en la empresa. Las estructuras sociales se imprimen en el paisaje según unas formas particulares o banales, permanentes o efímeras. Los grupos sociales tienen con el espacio en sus diferentes escalas unas prácticas y unas imágenes que difieren según la situación social, la cultura, la historia y la estructura de los grupos.

La meta es, pues, captar las interrelaciones de lo social y de lo espacial en la complejidad de sus imbricaciones, entendiendo bien que éstas no se despliegan a la misma escala, ni en el espacio, ni en el tiempo y que los desfases resultantes están con frecuencia, particularmente cargados de significación.

Podemos esperar que la multiplicación de tales investigaciones localizadas, por poca preocupación que se tenga de situarlas en contextos más amplios y de medir su originalidad y ejemplaridad, permitirá intentar, en el futuro, una geografía general de los espacios sociales.


Bibliografía utilizada:

R.Herin “Herencias y perspectivas en la geografía social francesa”. Universidad de Barcelona. Nº 41. Septiembre de 1982.

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